Son muchas las preguntas que nos estamos haciendo en cada ámbito de nuestra vida con todo lo que “está cayendo”, últimamente. Entre ellas, nos estamos planteando, si realmente la educación a distancia nos va a proporcionar más ventajas o más desventajas. Quizás, sea todo cuestión de tiempo, e ir observando y comprobando sobre la marcha, cómo veremos el vaso: medio lleno o medio vacío. O bien, a qué lado se inclinará la balanza.
Como educadora, la educación a distancia me supone un nuevo desafío para iniciar un estudio autodidacta y a su vez, un reto actual para comenzar a conocer un renovado paradigma de la educación o un nuevo modelo de pedagogía o enseñanza.
No hay duda, que el aprendizaje online está en auge, dada la situación de crisis sanitaria por COVID19. Hemos de recordar, que el principal propósito es impedir que nuestros estudiantes caigan rezagados, académicamente hablando, y a su vez, olviden conocimientos básicos, pierdan competencias esenciales, descuiden hábitos de estudio y abandonen habilidades fundamentales para su desarrollo cognitivo, social, emocional y personal.
De todos modos, desde mi punto de vista, considero que dadas las circunstancias, hemos de adaptarnos a la nueva realidad que nos ha tocado vivir y concederle al aprendizaje online un voto de confianza, ya que, a día de hoy, son pocos los medios y recursos que tenemos para poder seguir de forma óptima la docencia y la enseñanza de nuestros maestros y/o profesores y así, de esta forma, evitar la temible pausa o estancamiento en la educación, formación y cultura de nuestros hijos, porque nadie se merece el indeseable fracaso escolar.
Hoy en día, los estudiantes necesitan tener su propio ritmo para aprender, porque el conocimiento se muestra muy acelerado y ésto requiere una personalización en cada caso particular. De esta manera, se puede personalizar de forma más flexible, más cómoda y más óptima el proceso de aprendizaje.
Con el aprendizaje online, los alumnos marcan su ritmo con ciertas comodidades porque pueden fijar su disponibilidad o su franja horaria, y beneficiarse de la situación geográfica. Aparte, con este nuevo tipo de sistema a distancia, el alumno conoce nuevas y recientes herramientas pedagógicas, adaptadas al aprendizaje online, que próximamente le podrá servir para el siguiente curso académico, la propia universidad o hasta incluso, en un futuro no muy lejano, su profesión, empleo o trabajo.
Por todas estas razones de peso, se debería enlazar o combinar la educación presencial y la educación online, éstas debieran ir de la mano, dados los tiempos actuales que está albergando la sociedad. Así, la comunidad educativa debiera formarse y aplicarse en los tipos de tecnologías educativas, y aprender a compaginarlas de la forma más efectiva y enriquecedora posible, para obtener los mejores resultados en el proceso de enseñanza- aprendizaje de nuestros alumnos.
¿Y tú, aún no conoces las ventajas del aprendizaje online?