¿Se siente sin fuerzas porque no sabe cómo actuar y a la vez le invade un sentimiento de desánimo porque su hijo…
- Tiene problemas para prestar atención?
- Parece distraído y no acaba lo que empieza?
- Se trae a casa continuas quejas de los maestros?
- Va camino del fracaso escolar?
- Tiene problemas para organizar sus tareas cotidianas?
- Le cuesta mucho planificar su estudio?
- Suele molestar a sus compañeros con su charla o bromas?
- Parece no seguir las normas?
- Tiene continuas rabietas?
- Parece que nada le llama la atención, ni nada le interesa?
- Parece desmotivado?
- Se aburre con facilidad y en poco tiempo?
- Es como si fuera un motor que genera mucha energía al día?
Padres, algo está pasando. Este panorama actual, cada vez se repite con más frecuencia en las aulas pero también en casa. Va en aumento de forma considerable y el primer pilar que sustenta a estos alumnos sois vosotros, padres. Tan importantes y tan cruciales en todos nosotros, los padres. Pero para estos niños, aún más, ya que todo se intensifica a gran escala.
Por todo ello, la atención, consideración, comprensión y apoyo por parte de vosotros, ha de ser un hecho y una realidad incuestionable. Y no podemos estancarnos en “ya mejorará, es la edad”, “tampoco es para tanto” o “su tutor es muy exigente”, “vamos a esperar al siguiente trimestre” y “mi hijo no tiene dificultades, es el maestro quién las tiene”…porque estamos perdiendo tiempo y el tiempo no se recupera. En este caso, porque el cerebro tiene sus etapas evolutivas y no espera a nadie. Y en este tema, el tiempo junto a la paciencia es fundamental.
Tiempo que corre a favor de estos niños a partir de los cuatro o seis años de edad, aproximadamente. A partir de estas edades, es viable y de primera necesidad valorar a través de un profesional cualificado y especialista si sus dificultades van a deteriorar su calidad de vida. Si es así, el niño ha de empezar un entrenamiento cognitivo y conductual que le ayude a afrontar todas esas dificultades que está padeciendo.
Tiempo para que la persona tenga la oportunidad de desarrollarse, conociendo sus limitaciones y así pueda formarse poco a poco un abanico de estrategias para que evolucione favorablemente en todos los contextos: escolar, académico, emocional, social y personal.
Padres, algo está pasando. El sistema educativo no avanza, no evoluciona, no innova, no mejora su calidad, no investiga, no experimenta. Está oxidado. Nuestra educación va a la deriva en un mar de continuos avances en las Nuevas Tecnologías de la Información. ¿Qué sentido tiene?.
Es muy contradictorio ya que nos situamos en la era del conocimiento pero la raíz de dónde se proyecta la información está paralizada. Una raíz o educación anquilosada, estática. Por este motivo, padres, ¿estáis percibiendo el derecho a una educación centrada y orientada a satisfacer las necesidades educativas de vuestros hijos en sus propias aulas?
No podemos cruzarnos de brazos, tenemos que buscar un cambio por el bienestar de nuestro hijo. Este cambio lo ha de hacer el propio niño, ha de aprender una serie de herramientas cognitivas y conductuales para utilizarlas en su día a día, es decir, el niño es el que debe aprender a adaptarse a su contexto porque, a día de hoy, la realidad aún no comprende sus dificultades. Esta opción es la más rápida y la más acertada si queremos que nuestro hijo no caiga en algunas de las consecuencias por no recibir ayuda a tiempo:
- El temido fracaso escolar que tan devastador llega a ser.
- No logre promocionar curso y tenga que repetir con todo lo que conlleva.
- No se sienta cómodo consigo mismo y no comprenda su comportamiento.
- No se sienta competente y con capacidad de llegar a ser alguien en la vida.
- No se sienta feliz con su grupo-clase y tutor.
- No tenga intención de seguir estudiando o pierda la ilusión de seguir aprendiendo.
Padres, algo está pasando. ¿Por qué estas dificultades en el aprendizaje van en aumento? ¿Tiene la evolución la respuesta? No lo sabemos con certeza. Lo que sí es indiscutible es que estas dificultades nos acompañan en nuestro código genético, es decir, puede que papá o mamá también tengan o hayan padecido algunas de estas limitaciones. Por eso, padres, tenéis a vuestro alcance la posibilidad de poder elegir mejorar estas dificultades en vuestros hijos ya que los factores externos y las circunstancias ambientales pueden empeorar el problema.
Padres, algo está pasando….