Otra forma de ver el mundo que nos rodea…

Son numerosas las preguntas del tipo: Entonces, ¿no tienen emociones?, ¿no son capaces de sentir?, ¿no son felices? o bien ¿no quieren comunicarse? que se hacen algunos padres en torno al Síndrome de Asperger y Autismo, cuando empiezan a notar que sus hijos quizás no vean el mundo como los demás o simplemente no sientan como los demás. Ante estas frecuentes, continuas y negativas preguntas, debemos hacer especial hincapié en informar detalladamente a los padres sobre estas dudas para que las solventen cuanto antes en la medida de lo posible y no les limiten a la hora de interaccionar, comunicar y educar a sus hijos. Por esta razón, y para mitigar un poco la concepción que se empieza a forjar en las primeras y decisivas interacciones con estos niños, vamos a ir comentando de forma breve, los puntos clave de las básicas pautas de actuación que se deben acentuar más en estos casos:

– Tenemos que partir de la premisa fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje. Básicamente, si el alumno no aprende de la forma en la que nosotros le estamos enseñando, es prioritario preguntarse: ¿entonces debemos enseñarle de la forma que él aprende? En la mayoría de los casos, ocurre así.

– Sabemos de antemano que cada alumno es diferente y por tanto único. De ahí que nos encontremos muchas veces con peculiaridades que nos hacen discrepar en el diagnóstico. Son precisamente estas peculiaridades de las que tenemos que prestar especial atención ya que van a ser el eje central del que parta nuestra enseñanza.

– Cada uno de nosotros posee unos esquemas cognitivos diferentes que nos hacen evaluar y valorar las situaciones de una manera u otra en función del contexto para así poder adaptarnos fácilmente a cada situación. Estos alumnos al igual que nosotros, también poseen esquemas cognitivos pero los utilizan de otra forma ya que perciben, asimilan, entienden y comprenden el mundo que nos rodea a su modo así que inevitablemente por supuesto que poseen emociones, son capaces de sentir, son felices y se comunican pero de forma única. Por ello, los padres deben procurar, primordialmente, comprender esa manera que tienen estos alumnos de asociar los estímulos y de sentir porque así podremos enseñarle de la forma en que él aprende. Esta necesaria y crucial comprensión va a generar que se produzcan interacciones positivas, que se de una comunicación activa así como un aprendizaje funcional y una enseñanza con buenos resultados.