Sí, somos iguales pero esencialmente únicos

Sí, somos iguales pero esencialmente únicos

Es cierto que en algunos casos, necesitamos usar las etiquetas para poder clasificar y organizar mejor nuestro mundo y todo lo que nos rodea. Pero esta realidad está muy bien hasta que nos topamos con la esencia de las personas y nos damos cuenta de que al fin y al cabo, todos somos iguales y a la vez, esencialmente únicos.

Sí, es lógico categorizar objetos porque carecen de esencia y en su categoría todos son semejantes. ¿Pero qué sentido tiene categorizar a las personas con necesidades de aprendizaje, si precisamente no son semejantes? Un ejemplo: Síndrome de Asperger, Altas Capacidades, Déficit de Atención con o sin Hiperactividad…son etiquetas. Y si, dejáramos de preocuparnos por el “¿qué tengo, qué me pasa? (etiquetas) y pasáramos al “¿cómo puedo sobrellevarlo, cómo puedo mejorar? (me ocupo de).

Por ello, vamos a trabajar las Habilidades Sociales pero no el Síndrome de Asperger, vamos a trabajar la Creatividad, la Inteligencia Emocional pero no las Altas Capacidades, vamos a tratar la Impulsividad pero no el TDAH porque inevitablemente no hay dos Síndromes de Asperger iguales, ni tampoco dos Altas Capacidades semejantes, y mucho menos dos TDAH parecidos.