Sin duda alguna, cuando venimos al mundo ya traemos una “carga genética” que nos va a predisponer biológicamente hablando en numerosos ámbitos de la vida. Podemos nacer con una capacidad mermada en el tiempo que tan solo necesita un cambio madurativo, es decir, traemos un manual de instrucciones pero aún no está tan activado como habitualmente lo estaría. Casi siempre, este cambio madurativo se propiciará antes si lo acompañamos con estimulación cognitiva y conductual. Por ello, lo más importante no es la capacidad en sí sino la forma en que cada persona se va adaptando a la modelación de sus propias destrezas de cara a conseguir unas pautas para el manejo de su atención y concentración.
El manejo de la concentración requiere de un gran abanico de procesos atencionales complejos. Con el entrenamiento CREA-TE-CLAVE, el alumno forma sus propias instrucciones en la adquisición de sus destrezas necesarias e idóneas para ir formando un modelo de acción.